Manifiesto

Cada vez es más común la queja sobre no poder viajar libremente gracias al pasaporte que nos tocó. Reúno las condiciones para postularme a una ciudadanía europea, sin embargo, no lo haré.

I

En el episodio 14 de la séptima temporada de Los Simpson, Marge compra en una rebaja un vestido de Chanel y es la primera vez que la vemos sin su clásico vestido verde. Gracias a ese vestido es invitada a un exclusivo club de la ciudad, en donde lo que cuenta son las marcas que se porten porque dan razón de la capacidad económica de sus miembros. Marge describe al club como “Happyland” y se siente obligada a aclararle al portero del club que ellos no son pobres. Al ser cuestionada por Lisa cuando dice que son demasiado diferentes a ellos Marge responde: “sí, son mejores, socialmente mejores y si logramos encajar también vamos a ser mejores, así que hoy mientras ustedes estaban por fuera siendo diferentes, yo hice un buen trabajo encajando, tan bueno que todos nos dieron un pase de invitados”. Homero se lamenta diciendo “ahora que ella es una mejor persona, podemos ver lo horribles que nosotros somos”. Marge no es una mujer Chanel y pronto esto se convierte en un problema, en una obsesión por aparentar con tal de creer que se pertenece.

II

Mi profesora de sueco es francesa, lleva once años viviendo en Suecia. Se sabe de memoria las recetas típicas que acompañan las festividades suecas, habla con propiedad del origen de estas y habla el dialecto propio de la provincia de Skåne (en donde vive). Cuando escribe en sueco, lo hace de una manera obsesivamente perfecta y esta perfección es tal, que es única, nadie más escribe así, los mismos suecos nativos dicen que su estilo es demasiado correcto, nada flexible, nada de jerga. Esta es sin duda, otra obsesión por pertenecer, pero toda esta perfección es una máscara que a veces desaparece, porque cuando se descuida de pronto sale una pronunciación francesa o una etimología desconocida o una expresión jamás escuchada. En estas situaciones la profesora pierde el piso que la sostiene, se sonroja, se problematiza, ofrece mil disculpas, investiga el asunto con obsesión y luego da cátedra ya que ahora se cree experta. Para ella, ser sueca, es la meta de su vida. Dado que pertenece a un país miembro de la Unión Europea y por lo tanto es libre de moverse, no necesita tener el pasaporte sueco y en efecto no lo tiene, vive su vida muriéndose por ser sueca, pero no del todo. No necesita que la cuestión sea de forma, sino de fondo.

III

Lo divino, lo aceptado, lo bello, lo blanco, lo europeo. Son las verdades absolutas con las que crecí, es la doctrina de la colonia, convertir a “los otros” en bestias, en inhumanos, en seres dignos de aislamiento, en “otros” que  no cumplen con la norma, en seres que se ven tan distintos, que solo merecen la exclusión. “Exclusivos” dicen los clubes y sociedades, como si se tratara de un adjetivo positivo, como si fuera la promesa de algo divino. Claro que son exclusivos, pero eso significa que excluyen para poder incluir.

Vengo de una sociedad que honra la piel clara, de una sociedad llena de mujeres que tiñen su pelo pretendiendo ser rubias naturales, que al describirse utilizan eufemismos como “ojos color miel” y “pelo castaño” para no decir que son oscuros, de personas que guardan el deseo secreto de que sus hijos tengan ojos azules. Vengo de una sociedad arribista que ve en lo europeo y norteamericano el modelo de perfección al cual apuntar. Un ideal.

IV

Intento no pensar en eso cuando viajo, pero es algo que sucede lo quiera o no, sonría o no, los ceños fronterizos se fruncen al ver aquel nombre de aquella república en la portada de aquel pasaporte. Mi pasaporte.

Viajar con un pasaporte de la República de Colombia es algo casi vergonzoso, implica hacer la fila de los “no ciudadanos” –tal y como está señalizada en muchos aeropuertos europeos, ser en exceso amable, explicar una y mil veces la razón del viaje, aguantar las preguntas, las malas caras, los gritos… Y finalmente sentirse afortunado cuando lo único que se recibe a cambio es un frío “bienvenido”.

Hacer horas enteras una fila en una embajada, solicitar miles de documentos que certifiquen, no solo la identidad, sino la capacidad económica que uno tendrá para sostenerse en sus vacaciones o estudio. Invertir una cantidad ridícula de dinero y de tiempo para, de rodillas, pedir permiso para ser turista –o estudiante.

Contestar preguntas pacientemente, sonreír, siempre sonreír aún ante las caras más amargas, prometer portarse bien, prometer regresar y no quedarse de ilegal y demostrar aquello que para uno es solvencia económica solo para recibir respuestas negativas y, en caso de respuesta positiva, pasar a ser de aquel sector de la sociedad que se percibe como bendecido.

V

Migrar. Migrar por la razón que sea. Poner kilómetros de distancia física y emocional entre todo lo conocido y lo nuevo. Llegar a un sitio y empezar de cero, aprender, normas, un idioma y sus dialectos, un sistema político, recetas, en fin, formas de vida que, al ser aprendidas, llevarán a la que se cree es la meta máxima: pertenecer.

Muchas veces he intentado entrar al círculo, aprendí su idioma, sus dichos, conozco el origen de sus tradiciones y a pesar de no haberlas probado todas, sé de sus recetas típicas. He visto el Pato Donald en navidad, he comido cangrejos de río en agosto, reconozco las canciones procedentes de su festival de música, joder ¡que hasta soy miembro de un sindicato! Pero no conozco el logo de H&M de los noventa, no hallo placer en la comida picante ni llena de ajo, no he leído un solo cuento de Astrid Lindgren, no me gustan los rollos de canela –ni de azafrán, ni de crema- no me conformo, no me callo, no me asoleo y esto, me distancia irreversiblemente de todos y así lo investigara obsesivamente, como aquella profesora, es un conocimiento que tampoco transformaría aquello que soy para convertirme en una sueca auténtica.

VI

No hay un vestido de Chanel ni una enciclopedia que puedan desteñir no mi piel, sino mi carácter y hacerme sueca. No hay forma alguna en la que yo pueda pertenecer genuinamente a este club. No soy sueca y a estas alturas tampoco soy colombiana, pero eso no implica deshacerme avergonzada de mi documento de identidad. Siempre tendré un acento, un gesto, un pensamiento o un comportamiento que dejen ver que no soy parte del club.

Pero tampoco soy una impostora ¿por qué tener que pretender ser algo que no soy –ni seré- para poder entrar a un país que, de otra manera, no me dejaría entrar? Es denigrante el hecho de que exista algo así como un “upgrade” de nacionalidad, el hecho de que se piense que la nacionalidad es algo que se puede ascender de categoría. No voy a pretender ser europea solo para ser tratada como persona, como humano y no como ciudadano de tercera clase.

Sé que es una posición que me privará de viajar sin límites y por eso puedo decir que es mi pequeña protesta. Me rehúso vehementemente a ser parte de una farsa; estar en busca de una identidad no quiere decir asumir cualquiera solo para poder viajar libremente. También puedo comparar mi protesta a una huelga de hambre: a nadie distinto a mi le importa ni le afecta, es una posición que no generará cambios, pero es una actitud simbólica y a mi me importa y sobre todo, me hace coherente.

Nunca he creído en aprovecharse de nadie, no soy el tipo de inmigrante que vive del estado y sus subsidios, que piensa que Suecia se lo debe todo solo porque vivo rodeada de una partida de xenófobos primermundisas. No, no soy así. Trabajo y pago impuestos y jamás he usado los subsidios del estado paternalista en el que vivo, además, este es un país que no me exige la conversión absoluta para disfrutar de lo que me corresponde como ser humano.

VII

Rechazo a quienes piensan que los latinoamericanos somos ciudadanos de tercera. Rechazo el arribismo y a quienes ven en lo europeo el ideal a seguir, aquello a lo que se debe tender. Sería descarado andar por los aeropuertos del mundo pretendiendo ser europea mientras haya gente que no puede moverse libremente. No soy mejor que nadie. No tengo las agallas de pararme en una fila que no me corresponde. Pertenecer es algo que no me obsesiona y ser miembro de ese club llamado “Unión Europea” es algo que no me interesa ni me identifica. Tener el pasaporte unitario sería como comprar una cartera Louis Vuitton falsa pero afirmar que es original y usarla para pretender que soy una más, para ser aceptada dentro de un club que se preocupa únicamente por cosas tan nimias como el lugar de procedencia. Le tengo miedo a la comodidad injusta y pienso que ni la justicia ni la ciudadanía deberían ser privilegios.

VIII

Un pasaporte no hace a nadie mejor persona, ni a Marge, ni a la profesora francesa; ni mucho menos convierte a “los otros” en personas horribles. Hacer fila del lado de “los ciudadanos” sería como pintarme el pelo de rubio e insistir que es natural, engañar a autoridades aeroportuarias solo por ganarme una inmerecida sonrisa genuina, mientras los de la fila de al lado sufren explicando que no son traficantes, ni terroristas, ni ilegales, ni bestias; hacer fila de ese lado sería legitimar la creencia de las categorías dentro de la ciudadanía, sería aceptar que quienes requerimos de una visa no tenemos estatus de seres humanos, sería hacer parte de aquellos que no reconocen la humanidad de los habitantes del tercer mundo, sería como vacunarse para no infectar. No lo haré, no me postularé para la ciudadanía sueca, es algo que de ninguna manera me convertiría en una mejor persona, haría de mi, si acaso, una arribista más una impostora más.

IX

Mystique lo dice claramente en X-Men: “mutantes y orgullosos”. No debería haber necesidad de camuflarse.

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20 pensamientos en “Manifiesto

  1. me gusta mucho lo que escribes y propones, tu estrategia. sin embargo creo que idealizas el tema de la nacionalidad y la idiosincrasia. así como tener una nacionalidad da unos derechos y unas posibilidades, ahorra trámites y preguntas, tampoco lo hace a uno mejor persona «en esencia». ¿pero acaso hace falta? habrá quien así lo use, quien se muera por ser más papista que el papa, pero si a uno eso no importa puede rebajar el privilegio al mismo que tenía poseer la tarjeta del club de amigos de la pizza nostra o una tarjeta de puntos de un supermercado. en su columna de esta semana, gustavo gallón nos invita a imaginar la letra pequeña del contrato

    • Ana Maria dice:

      Nacionalizarme sueca no traería privilegios diferentes al voto al parlamento, a ser candidata política o pertenecer a la policía o al ejército. Traía más beneficios la tarjeta de la Pizza Nostra. Supongo que es por eso que puedo «darme el lujo» de siquiera considerar todo esto, nadie me obliga a convertirme para acceder a salud, voto por las elecciones regionales, pensión y todas esas cosas.

      Por otro lado, sí me tomo muy en serio eso de la nacionalidad, no sé qué tanto sea idealizarlo, para mi implica más que un papel, sí es de alguna manera representar eso que está ahí escrito, sentirse orgulloso de eso y pregonarlo por el mundo.

      Supongo que todo esto tiene que ver también con el hecho de que no amo a Suecia ni la cultura escandinava. Yo sé que ahorraría trámites y demás, pero igual lo sentiría como algo tremendamente injusto, tener esos privilegios solo porque decidí vivir aquí.

  2. Ivan (@vbdi) dice:

    Yo sentí algo parecido a lo de tu profesora francesa cuando estudié en otro país. Se lllega a un punto del aprendizaje del idioma en que tienes que cambiar tu forma de pensar para pronunciarlo perfectamente, y ahí uno decide si pasa ese límite y sigue, o si conserva su «identidad lingüística» si es que eso existe. Igual, el subconsciente te traiciona a la primera, por ejemplo, al machucarte un dedo =)

    Sobre el pasaporte… al presentarlo uno lleva la carga de la gran cantidad de pillos que emigraron antes que uno. Pero identificarse con el pueblo de un país no solo pasa por la gastronomía. Pasa por lo que tienes en la cabeza. Eso, como yo lo veo, es Europa. Incluso, el hecho de no pensarse más que el resto es bastante «sueco», por lo del bienestar social y eso… ¿o me equivoco?

    • Ana Maria dice:

      No te equivocas, de hecho forma parte de una ley no hablada pero que hace parte de su identidad conocida como «jantelagen», algún día escribiré al respecto. Pero este no sentirse más que los demás funciona solo entre ellos, se olvida al momento de enfrentarse a un inmigrante.

      Y claro, por más idiomas que hables siempre insultarás y contarás en tu lengua materna 🙂

  3. Lidwina dice:

    Hola!!! me parece muy interesante lo que escribes y cómo lo escribes! . Mira yo soy francesa y por elección vivo en América del Sur.. me trajeron de pequeña y luego decidi no volver a Europa. Con respecto al pasaporte Sueco, personalmente te diría que si tienes la posibilidad de obtenerlo que lo saque.. Ojo, no para «parecer Sueca» o para decir yo soy diferente al resto de los latinos que no tienen pasaporte europeo, ni para dejar de lado tu cultura colombiana o intentar disimular la tonada. Simplemente, para simplificar algunas cosas… Tampoco voy a decirte que al tener un pasaporte de la comunidad europea vas a evitar toodooosss los problemas de migraciones u otros problemas… me ha pasado querer entrar a Inglaterra con pasaporte Francés y con mis rasgos «gringos» y sin embargo tuve «problemas» … pero bueno, tal vez sería un modo de moverte más libremente … no lo sé…
    No se cuales son las condiciones para sacar el pasaporte SUeco… en mi caso por ejemplo si quiero sacar la nacionalidad Argentina debo renunciar a mi nacionalidad Francesa, entonces no lo hice porq no quiero perder el pasaporte y la posibilidad de ingresar a europa cuando quiera y cómo quiera, sobre todo considerando que tengo toda mi familia allá!
    Miles de veces me preguntaron ¿Por qué te quedás en Argentina en lugar de volver a Europa? y siempre contesté que Europa no es mejor ni peor que América Latina, depende de nuestros objetivos de vida, de la etapa que estemos transitando… Hoy, elijo quedarme acá porque puedo hacer lo que me gusta en mi trabajo, porque estoy cómoda con la gente que me rodea… tal vez mañana eso cambie y decida irme a otro rincon del mundo, lo cual no quiere decir que necesariamente sea Europa.. A esta altura de mi vida creo que no soy ni de acá ni de allá, soy de donde me lleve el camino de la vida..
    Con respecto al trato de la gente … hace mas de 20 años que vivo en Argentina y cuando llegamos con mi familia no teníamos nada, empezamos todo de nuevo, nadie nos dío nada, como decís jamás beneficiamos de planes de ayuda social y salimos adelante trabajando… en todos estos años, he encontrado y escuchado de todo respecto a «nosotros»… en la mayoría de los casos la gente no fue «agresiva» con nosotros (supongo que por ser europeos, no pasa lo mismo con los inmigrantes de Bolivia y Perú) pero en otros casos si sufrí discriminación. Y te puedo asegurar que más de una vez he dejado de decir de donde vengo para evitar comentarios varios…. En Bolivia también sufrí discriminación en migraciones, sin embargo yo sigo amando la cultura y la gente de Bolivia…. yo creo que en todos lados hay gente buena y gente «mala», es verdad que algunas culturas son más cerradas que otras, pero dentro de lo posible hay que tomar lo bueno de cada lugar y dejar atrás lo malo (incluyendo la gente que no vale la pena)…
    Lo que digo no está ni a favor ni en contra de los Europeos en cómo tratan a los inmigrantes… simplemente creo que la discriminación es un mal de «Homo sapiens» en general …

  4. guiyo dice:

    Para mi es extraño seguir todo este proceso para obtener la nacionalidad de un país que en el pasado fue parte de la Gran Colombia. Es triste tener que sacar visa para viajar al lado y que los pasajes de avión sean extremadamente caros. Un país cuya cultura no es muy diferente a la nuestra que en lugar de tener una bandeja paisa se tiene un pabellón,(caraota en lugar de friores, carne mechada en lugar de carne molida…) al final para mi viene siendo lo mismo.
    Cuando dije que ya era residente, mis amigos me dijeron que ya soy venezolana y que eso es sólo un papel.
    Después de 4 años viviendo en este país, sigo siendo colombiana y no me esfuerzo por tener el acento venezolano. Realmente no me identifico mucho con su forma de vida y critico muchas cosas.
    Pero a diferencia tuya, este es un país de inmigrantes y el hecho de hablar en la fila del cine es llamar miradas más de curiosidad que de rechazo.
    Yo si quiero pertenecer a este jocoso club, pero nunca dejaré de ser yo, y trataré de replicar las cosas buenas que tenemos.
    Esto no es Europa, sigo entre latinos, somos la misma gente, pero igual, ves personas que se esfuerzan por aparentar y querer pertenecer inmediatamente.
    Tal vez dentro de 5 años sea venezolana de papel y aun no como persona, no lo se, tal vez sí, el tiempo, las cosas que viva, y cada vez que me involucre más en este país, eso es lo que dirá si soy o no.

  5. Shapito dice:

    ¡No sabes cuánto me identifico contigo! Bueno, a diferencia que yo sigo viviendo aquí, siempre he sentido que soy forastera en mi tierra. Sé que ningún país sobre este planeta es perfecto, por lo menos no para mí, porque más allá de los papeles, los croquis y los sistemas, los países están hechos de humanidad y esto implica defectos. Eso también implica que hay miles de formas de experimentar la belleza. Qué lástima que la belleza colombiana no fue compatible con mi forma de ser y eso me hace sentirme como un bicho raro. Suena una cumbia y aunque mi garganta puede tararearla, mis brazos y piernas hacen un intento torpe por bailarla. Y no sale. Y dejo así. ¿Si no soy ni de donde nací, soy de dónde?

    Creo hoy en día es necesario, por lo menos para mí, no sentir que soy de ningún país, sino de este mundo. Tienes un punto muy válido en el que criticas la forma en la que la sociedad ha «estratificado» los países y en etiquetarnos con visas y estereotipos para clasificarnos. Porque al fin y al cabo es más fácil poner esa etiqueta y consultar la imagen que tenemos en la mente que atreverse a conocer todo más de fondo. Es más fácil burlarse estúpidamente de Perú por las imágenes mentales que ha generado su televisión, nos libran de agarrar un avión para embutirnos de ceviche. Estúpido status quo.

    No tener identidad y tener esa crisis me parece hermoso la verdad, porque me hace cuestionar muchas cosas del lugar en el que nací y a la vez, cuestionar muchas cosas del resto del mundo. Así yo misma me quito la etiqueta, que te definan sólo por la nacionalidad, la verdad es muy poquito.

    Ah bueno, yo si acepto sin vergüenza alguna que sería feliz con otro pasaporte. Ese papel no representa nada de todo lo que he vivido aquí, así que no me mato la cabeza con ello, ni sintiéndome mejor ni que hayan arrancado alguna parte mí. Un papel es un papel, lo que hay en mi corazón, está en mi corazón. Mi espíritu viajero es más bien práctico y si me ahorraría muchas vueltas hartas.

    🙂

    • Ana Maria dice:

      A mi también me gusta viajar y aunque sé que «solo es un papel» sé que no es percibido así. Un pasaporte es más que un papel, en los aeropuertos del mundo actual, es un símbolo de estatus. Es exactamente igual a la posibilidad de cambiarse el apellido al casarse, mi apellido no identifica 100% la persona que soy pero el hecho de estar casada no me transforma en otra persona con un apellido distinto y nunca lo cambiaré. Como lo dije, son actos pequeños, casi como una actitud activista, mi lucha privada en contra de las injusticias del mundo. Sí, hippie total.

      • Tatiana dice:

        Ana Mª: Me recordaste una película que ví hace tiempo sobre la 2da guerra mundial en que un alemán de buen corazón se ponía siempre en la fila de judíos y la estrella que les obligaban a usar – sin serlo – con la esperanza que los demás alemanes con el mismo sentimiento lo hiciesen… finalmente acabó en un campo de concentración sin «merecerlo». Creo que en el fondo todos los ciudadanos del mundo estamos de acuerdo con tu lucha interna que es racional y social pero el homo sapiens sapiens del que por ahí hablan quiere seguir estratificándonos Colombianos-3er mundo-Ilegal. Es triste.

  6. datocomco dice:

    Hola Ana Maria.

    Primero que todo al leer tu articulo me encanto como fue escrito.

    Pare todo lo que estaba haciendo y aun que se que voy a llegar algo tarde decidí tomarme algo de tiempo para escribir. ( la escritura no es uno de mis fuertes )

    Mira creo que yo represento TODO lo que escribes, básicamente fui educado y crecí para emigrar como la gran meta de mi vida y mi gran sueño era hacer ese «upgrade» de nacionalidad.

    Desde que tengo memoria y creo desde los 15 años aproximadamente me entro la obsesión por emigrar, básicamente a donde fuera, pero como no querer esto, por ejemplo en estados unidos tienen DE TODO eso me hizo pensar la sociedad Colombiana, pero básicamente el tener que esperar para que las grandes novedades tecnológicas llegaran y el tener que esperar para un concierto, el siempre tener que esperar por algo y cada vez con el internet la globalización fue peor y peor, pero desgraciadamente ese es el mundo que nos vendieron al menos en mi caso. Me hicieron creer en ese cuento del tercer mundo.

    Puedo decirlo no me siento orgulloso de ser Colombiano y oculto mi pasaporte con una funda samsonite para que en la fila del counter no me miren raro. Pero eso me hace una mala persona ? yo mismo me lo e preguntado y cuando estoy con mis compañero de Brasil habla del fútbol de sus mundiales del mundial que van a hacer en fin, mi compañero mexicano habla de los 20 millones de habitantes del DF y de su orgullo mexicano y mi compañero griego francés habla de todo lo que a viajado y conocido con sus 23 años básicamente esta viajando desde los 15 años y no tiene trabajo o mejor aun no a trabajado en una empresa nunca. Todos son excelentes personas, Ahora de que hablo yo …. ? En ese momento me sentí mal conmigo mismo de nunca preocuparme por conocer mi cultura mejor o no se saber como vender a Colombia pero en resumen Colombia para los extranjeros no es pasión es : Cocaina y pablo escobar es increíble de todas las personas que e conocido este es el top 2 de siempre. Un día hablando cuales eran los desayunos típicos cada uno explicaba y pues ya casi era mi turno pensé en … changua pero me di cuenta que no se como explicar como es un changua … es una leche con un pan como una especia de caldo entonces pensé mejor no digamos tamal y la parte triste es que se mas como se hace una ayaca venezolana que un tamal tolimense y definitivamente no me sentí NADA orgulloso el día que se subió un compatriota a pedir dinero en el metro contando chistes verdes y un disfraz de plumas como un indio eso es lo que ven lo Europeos en nosotros ? plumas ?

    Si definitivamente soy un caso perdido en esos temas lo mío no es nada culinario por una parte por ser consentido en mi casa nunca cocine y por otra parte por que no me interesa, una carne y verduras para mi son suficientes.

    Pero bueno en Colombia nunca me fue mal, es mas vivía muy bien tenia un muy buen trabajo que después de 5 años deje por que estaba aburrido pero el plan original siempre fue el mismo trabajo 2 años ahorro y me voy. Este plan me costo muchas relaciones y muchos placeres por que todo lo que compraba era portátil, compacto, de viaje por que como me voy a ir para que invierto en algo que no me voy a poder llevar cierto ?

    Hice todo lo que debía hacer estudie mucho profesional, especialización buen trabajo pero este era uno de los puntos que me daban mas duro de ser Bogotano específicamente :

    Me daba miedo salir en Bogotá y la paranoia con la que salía era excesiva TODOS eran atracadores potenciales y es mas era triste algunas veces tener que comprar las cosas 2 veces tener un iPhone pero también tener un nokia 1100 por que si saco el iPhone me lo roban, tener una cámara profesional pero no poder salir a tomar fotos, en fin pero este es el punto ENTONCES para que compraba cosas si no las podía usar ? entonces para que trabajo ?

    Otro golpe duro era que de mi grupo de amigos uno se iba cada año mi mejor amigo Beca en Italia, no volvió, otro amigo en Alemania tampoco, Londres, New York, Madrid, Dubai todos se iban y para mi en mi forma de ver las cosas el éxito de mis amigos era algo así como, lo logre, logre emigrar y no podía evitar sentirme mal o desear irme también por que ademas de la inseguridad Bogotá tiene otra cosa que ODIO tanto que es su sistema de transporte y por eso lo primero que me compre fue mi carro, error que espero NUNCA volver a cometer en mi vida.

    Ejemplo de como veía mi situación con el transporte en Bogotá

    David quiere ir al trabajo.

    Carro : La opción que siempre use, no por sentirme mas o decir YO TENGO CARRO la verdad siempre lo vi mas como una necesidad pero bueno siempre en la 30 me demoraba 50 minutos en la 9 otros 50 cada día era una tortura. Ademas la gasolina cara, los huecos y los parqueaderos uffff.

    Taxi : Opción riesgosa y nada eficiente me demoraba lo mismo que en el carro posiblemente el taxi olía a feo o peor aun con una emisora a todo volumen o bueno lo que sabemos, el paseo millonario etc etc ….

    Bus : Opción que no me servia NADA me servia me tocaba cojer 2 buses o hasta 3 y como ahora estaba de moda que se subían 5 personas a robar el bus cada persona que se subía era un potencial atracador.

    Transmilenio : Si la paranoia en la calle era mucha en transmilenio básicamente es inhumano y lo peor es que la gente se acostumbro

    Bicicleta : Si aunque mi trabajo quedaba lejos me compre mi bicicleta con la ilusión de que ese seria la solución pero … casi me atropellan 2 veces y en la 2 semana me intentaron robar la bicicleta entonces … no.

    Suena bastante prepotente de mi parte cierto ? que si no era en carro no … Pero la verdad odio manejar en Bogotá ademas es perder energía y tiempo para mi el tiempo de lectura es el tiempo de transporte pero en Bogotá esa opción esta remota intentar leer en un bus es imposible .

    Pero bueno los problemas de Bogotá son muchos para mi transporte y seguridad entonces voy a dejar de ser un obstáculo de negativismo y voy a proponer y buscar soluciones entonces después de mi trabajo de 5 años logre entrar a Trabajar a la alcaldía mayor de Bogotá en el palacio lievano en la oficina de comunicaciones en lo mío que es diseño digital. La verdad llegue con miles de planes de ideas de ganas y sabia que no seria fácil pero de igual forma le metí todas las ganas a esto, pero me di cuenta de como funcionan las cosas en los gobiernos y mas en Bogotá lo supe desde que el Abogado que tenia mi contrato me pregunto y a usted quien lo trajo, casi le respondo a mi me trajo un bus por la 19 señor … pero le respondí con otra pregunta, no señor a que se refiere ? si quien lo recomendó a lo que respondí, no no señor presente mi hoja de vida y voy a estar por 6 meses en la oficina de comunicaciones saque mi iPhone y le mostré el video reel de mis trabajos se quedo callado y empezó a decirme que documentos me faltaban.

    Ahora si era mas Bogotano y Colombiano trabajo con el Gobierno entre justo después de que samuel salió y tenia mi chaqueta de Bogota Positiva, lo primero que organice fue un directorio rápido con las 12 secretarias y sus portales web esto era un caos y por encima se que debería ser 1 SOLO PORTAL no 12 y después descubrí que no eran solo 12 eran aproximadamente 112 sitios web con alcaldías locales, hospitales y todo esto así que tenia el plan de hacer un solo portal y ponerlo a la par de Colombia en Linea entonces entendí lo primero.

    El gobierno nacional es una cosa la alcaldía mayor es otra … pero yo decía no es el mismo país, no es la misma ciudad?? tampoco pensaba acabar con la burocracia en 6 meses pero eso puede ser MUCHO mas eficiente mas barato pero … desafortunadamente la palabra mas barato y mas eficiente dice que voy a dejar sin trabajo a mucha gente y que me metía con intereses de terceros básicamente el que iba a salir perdiendo era yo. Pelea 1 perdida.

    Entonces decidí arreglar y organizar lo que ya estaba hagamos un manual POR LO MENOS para que los banners tengan la misma medida y puedan fluir en ese mar de información que es la red del distrito. Pelea numero 2 el manual web del distrito lo hizo un señor que era antropólogo o algo parecido y aunque en el manual decía que era you tube como en 6 hojas NO decía nada de que canales eran los que se debían usar y en fin era un manual que no era un manual, dije bueno vamos a cambiarlo PERO no que ese manual estaba por decreto entonces que no perdiera el tiempo. Pelea 2 perdida.

    Finalmente me enfoque en las pantallas de la ciudad y tuve la suerte de estar para el mundial sub – 20 como ese territorio de las pantallas era un territorio no explorado me pude dar gusto hasta que el IDCT me dijo que no podía poner mas vídeos en la pantalla del campin por que bla, bla, bla entonces la alcaldía mayor no es lo mismo que el IDCT entonces son como pequeños imperios, pequeños países totalmente dividíos donde el trabajo en equipo solo MAXIMO podía llegar a un grupo pequeño de personas no a una ciudad realmente eficiente al menos en temas de redes digitales y ni hablar de las redes sociales. En fin.

    Después de estar 6 meses fuera de Colombia se que no quiero ser como la profesora sueca por que eso es imposible uno siempre va ser lo que es el acento siempre te acompañara y la forma de ver o hacer las cosas. Eso me gusta.

    Me doy cuenta que aparentemente todo el mundo no es feliz con lo que tiene o lo que es
    me a parecido curioso conocer a un Aleman que le encanta el reggeton y nosotros Colombianos que adoramos a Rammstein.

    Antes veia a los Europeos de ojos azules y los admiraba como modelos a seguir pero la verdad es que en Colombia trabajamos muy duro somos buenos trabajadores mal administrados, esta crisis de Europa para ellos es crisis por que ya no tienen que trabajar 4 horas ahora tienen que trabajar 6 la verdad lo poco o mucho que e conocido es personas que se creen superiores pero en realidad son como perezosos y mal acostumbrados.

    El transporte es CARO es otro mundo pero me intentaron robar el móvil en el segundo mes así que no es un paraíso pero si puedo disfrutar mis cosas tecnológicas tranquilo

    Ahora me pregunto … donde voy a vivir ? yo no me veo pagando una casa 30 años en ninguna parte y si realmente creo que quiero que mi vida sea mas sencilla, voy en mal camino ? si no quiero hijos, no me quiero casar también esta mal ? si simplemente la vida actual es lo que hay y no hay nada mas seria muy triste.

    Soy colombiano y mi forma de pensar será siempre colombiana, mi acento siempre será colombiano y mi corazón con mi familia siempre lo serán, pero entonces soy un arribista o un impostor por simplemente no querer vivir en Colombia ?

    o como me dijo uno de los jurados que me dio mi beca después de 2 vinos … Eso chino aproveche quedese por alla unos 10 años eso a que vuelve acá ?

  7. Ana Maria dice:

    Para mi emigrar implicó cumplir un sueño, pero también revisar ese sueño de manera crítica. La distancia ofrece una perspectiva importante sobre las cosas, la vida que uno ha llevado, las personas que lo han rodeado y las circunstancias que dieron forma a todos esos sueños que uno persigue de manera obsesiva. Nunca dije que odiara a Colombia ni a Bogotá, pero entiendo de corazón la forma en la que puede llegar a cansar esa ciudad, la falta de civilidad de los habitantes y todo eso que hace que uno simplemente no de más.

    Me parece valioso la forma en la que han reaccionado a este escrito, sus reflexiones y agradezco mucho que hayan querido compartirlas pues de eso se trata, de pensar, de cuestionarse, de explorarse y tomar decisiones con conciencia absoluta de lo que se hace.

  8. Alguna vez empecé a escribir sobre esa tendencia a «francesizarse» con un cierto desespero que uno le ve a algunos estudiantes colombianos, en general venidos de la Alianza Francesa y que llegan al punto de hablarse en francés cuando todos los presentes son colombianos. Por supuesto es lindo hablar y escribir bien un idioma extranjero y apropiarse de otra cultura, es una manera de vivir dos vidas cuando la mayoría de las personas si acaso viven una, pero el extremo es forzarse a perder lo que uno es. Me da tristeza la gente que anuncia «Ya piensan que soy de acá» o «Casi no se me nota lo colombiano» con cierto orgullo, como si ser colombiano (o angolés o micronesieño) fuera menos que ser Europeo, como si uno avanzara en una cierta escala social a punta de impostura y así le diera la razón a los que hacen campaña diciendo que el extranjero que vale la pena es el que «se integra» un eufemismo para decir «el que ya no es extranjero». Irónico sobre todo cuando uno también se encuentra europeos que son los primeros en reconocer el valor del resto del mundo y sobre todo de la diferencia, que no se reconocen, ellos tampoco, en un francés literario y que no saben ni de vinos ni de quesos. A mí me han dicho «Cámbiese el apellido, póngase el de su mamá, así al menos piensan que es español y no árabe». Que se jodan, no soy árabe pero hacerlo sería darles el gusto a los que piensas que hay un primer y un tercer mundo y que uno vale más que el otro.
    Alguna vez, cuando el anterior gobierno francés llegaba al paroxismo en sus coqueteos a la extrema derecha, pensé en hacer una campaña invitando a los extranjeros a , ya que en esas éstábamos, ponerse una estrella amarilla con una «É» en el pecho. Me pareció demasiado y doloroso. Entonces me dije mejor una «É» en un corazón. De que amo lo extranjero, la extranjeridad, de que soy extranjero y estoy orgulloso y me gusta que me conozcan porque no soy de aquí.

  9. santiago rocha dice:

    Oye, gracias de verdad por esta entrada! me has refrescado un montón de cosas.
    Incluso me hiciste acordar de un gran maestro cubano que una vez tuve. Cuando en la embajada de E.U. le dijeron que si se iba a vivir allá podría tener una vida de éxito y oportunidades le dijo al funcionario: pala qué voy a quelel yo ilme pala allá a sel un comemielda?
    gracias por compartir esto!

  10. Acu el Grito de la Tierra dice:

    La identidad es un concepto comparativo que funciona mediante la diferenciación por contraste.

    ¿Qué eres tú que No sea yo?,
    ¿Qué tienes tú que No tenga yo?;
    ¿Qué cosas has hecho de ti que yo No haya podido hacer de mi?
    y…
    ¿Qué cosa han hecho de ti que No hayan hecho de mí?

    Somos seres sujetos a una imagen que es preconcebida (intencionalmente) por los Estado-nación que constituimos hoy en día y la migración nos permite apreciar con cierta facilidad, la compleja formalidad de esas imágenes ‘identitarias’ que experimentamos cuando viajamos, tanto así que los comentarios y reflexiones que se han efectuado en este espacio virtual dan prueba de ello. Es por eso que quisiera compartir algo que espero contribuya al entendimiento que ha hecho cada uno de ustedes de esa realidad migrante sin perturbar su propio desarrollo personal..

    http://www.cedma.com/archivo/akabal/grande/pajaros.html

    Igual que las aves los hombres desarrollamos una empatía con lo que nos rodea que manifestamos por medio del canto y lo que para nosotros suena como una onomatopeya, en la lengua k’iche’ de Ak’abal es el nombre del pajaro; es decir, los pajaros se llaman como cantan, por ejemplo: «tuk-tuk» es el pájaro carpintero y así como se muestra en el vídeo. Pero, ¿a donde voy con todo esto?, a preguntarles lo siguiente:

    ¿todos nosotros solemos cantar canciones en ingles no?, bueno entonces…

    ¿será que puedo experimentar y reconocer esa identidad de ser estadounidense, británico o sueco sin tener que cantar en estadounidense, británico o sueco?

    ¿Y si las canto en mi propia lengua, lograré ser lo que ellos dicen decir que son mediante su propio canto?

    ¿será que si canto «tuk tuk» puedo reconocer la identidad de ser pájaro carpintero y ser inmediatamente pájaro carpintero? o mejor aún, ¿Será que si canto repetidas veces «tuk-tuk», habiéndome disfrazado de pájaro carpintero en un lugar donde no habitan pájaros carpinteros, me permitirá identificarme como pájaro carpintero?

  11. Sambatyon dice:

    Wow, difícil empezar sobretodo por que yo tomé la decisión opuesta a la tuya y estoy esperando a que el otro año pueda cambiar mi nacionalidad. Una de las principales razones que tengo para cambiar mi nacionalidad es que eso me dará una voz en el país que vivo. Hasta ahora tengo que dejar que otros decidan por mi sobre cuestiones que directamente me afectan. Tampoco puedo negar que evitarse el trato especial en los aeropuertos no es un gran bonus, más aún, el no tener que sacar visa para cada país al que se quiera viajar.

    Al final, se necesita más que un papel para decir quien es uno. Yo me siento mucho más parte de acá de lo que nunca me sentí de Colombia, pero es un sentimiento que con ciudadanía o sin ella estará ahí. También es un tema que genera fuertes reacciones, algún día un amigo me dijo que cambiar ciudadanía era como cambiarse de padres y que eso no lo debería hacer. Otros no se lo toman tan a pecho.

    Creo que cambiar la nacionalidad es una decisión muy personal y que lo que se decida no debe ser demonizado. Uno no es un bruto por no adquirir una nueva nacionalidad, pero tampoco es un vendido por hacerlo.

    • Ana Maria dice:

      Te entiendo absolutamente y respeto tu decisión. Espero que entiendas que yo jamás dije que quienes deciden hacerlo son unos vendidos ni mucho menos. Mi protesta va en contra de todos aquellos que piensan que la ciudadanía y el buen trato son cosas reservadas para pocos y no un derecho de todos los humanos.

  12. AnaB dice:

    En algunas comunidades afrodescendientes del pacífico, cuando un bebé nace, la madre entierra la placenta y el cordón umbilical debajo de un arbol escogido por ella, que luego es llamado «mi ombligo» por los niños. Así, una parte de ellos siempre se queda en el lugar en el que nacieron.
    Pienso que es un rito maravilloso, representación de ese inevitable sentimiento de pertenencia que todos tenemos con el lugar en que nacimos y que unos expresamos con amor y nostalgia y otros con rencor y rabia.
    Esa ambivalencia de sentimientos es la que configura nuestra relación con el lugar de origen, nuestra identidad como ciudadanos y nuestra relación con lo que llamamos «nación». Relación que también está marcada por la relación que los demás tienen con sus lugares, con sus territorios. Somos, indiscutiblemente seres territoriales y qué es la territorialidad sino una relación de poder.

    Ana, ante todo gracias por abrir este espacio de reflexión tan interesante. Yo como tú y como la mayoría de las personas que veo que han comentado, he tenido la fortuna de experimentar la migración voluntaria. Pero quizás no había tenido el tiempo o no se me había ocurrido sentarme a pensar sobre eso desde mi experiencia personal.

    Para mí la migración no es sólo un acto físico sino un acto simbólico. Cuando yo migro, migran conmigo imaginarios, ideologías, representaciones, etc. que entran en contacto con nuevos territorios y por lo tanto con nuevos imaginarios, nuevas ideologías y nuevas representaciones. Y entonces nuestra lectura de lo que somos y de lo que son los demás se transforma. Es también un acto de doble vía, la migración transforma al migrante, pero también transforma el territorio y a quienes lo habitan. Por eso, el acto de migrar implica también una relación de poder.

    Es innegable que en esos juegos de territorialidad siempre hay ganadores y perdedores y usualmente siempre pierden los mismos, los africanos, los latinoamericanos, los europeos del este, etc. Pero creo que la diferencia va más allá de la nacionalidad, la diferencia es una diferencia basada en lo económico, los perdedores siguen siendo los mismos en todas partes, los pobres. El tema de la ciudadanía, los controles migratorios y el acceso a beneficios son meros discursos y dispositivos de poder. Finalmente, un latinoamericano o un africano con recursos va a tener la posibilidad de acceder a los beneficios de un migrante de primera clase y la libertad de elección.

    Pero la condena de la libertad de elección es la culpa. Ahí es cuando entra el tema de la nacionalidad, qué tan culpable me siento yo como colombiano de no hacer nada frente a la desigualdad de la migración ilegal o del mal trato a los migrantes y que tan afectado me siento yo en mi identidad como colombiano con el imaginario negativo que se tiene.

    Mejor dicho que hay mucha tela por cortar!!

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